
Seguro que tienes uno o varios bañadores que te tienen enamorada y no te has dejado de poner en tus vacaciones. Daba igual toda la colección e bikinis y bañadores que te has hecho durante estos años, ese bañador te tiene loquita.
Ahora que ya has vuelto de tus vacaciones o que estás pensando en la vuelta, no puedes evitar pensar: “que pena, ya no me lo voy a poder poner más hasta el año que viene”, pero no, no tiene por qué ser así.